miércoles, 19 de julio de 2017

Virgen del Carmen


Cuando mi viejo tenía su taller en la entrada, pegado a la estación de servicio. Nosotras, Julieta y yo, solíamos acompañarlo. Primero ayudábamos en algunas tareas; cebar mate, sacar las alfombras del auto, alcanzar herramientas. Tomamos notas mentales de la enseñanza de tornillos, partes, números de llaves, tacos de goma e infinidad de otras cosas. Después llegaba para mí la hora de "explorar". Durante esos años la palabra que mas pronuncié fue esa o su variante "me voy a investigar". Alcanzada por la exploración y bajo la tutela de la hermana mayor para cruzar la ruta, íbamos, llevadas por el instinto católico apostólico romano, con trapo en mano y balde con agua, a limpiar la virgen del Carmen patrona del pueblo. 
Por esa edad también se me dio la compulsión del beso a las imágenes, tanto de los rostros cementeriles conocidos y desconocidos, como de las religiosas. Así que cada vez que llegaba, Julieta me alzaba de las piernas y le chantaba a la virgen, pintada en el azulejo, un beso. Entre rezos tempranos y pasada de trapo, el ojito rebelde pero ya entrenado, se tiraba hacia las pocas monedas que le dejaban. Fue así que bajo decreto de hermanas nº 1 folio n1º del año 1985 la virgen del Carmen en devolución por los servicios prestados se comprometió a darnos lo recaudado mientras sigamos yendo. Fue una comunión hermosa.
Si uno habla con los santos reza y si los santos nos hablan? porque juro que la virgen me dijo llévense todas las monedas hijas mías, dios las bendiga. Amen


lunes, 15 de agosto de 2016

El poeta agotado

El poeta
El poeta triste
El poeta antialegre
El poeta con pánico y depresión
El poeta que quiere tener pánico y ser depresivo
El poeta acomodado
El poeta que quiere pero no
El poeta que quiere pero no sabe cómo
El poeta que quiere que lo lean pero no escucha
El poeta que habla pero no escribe
El poeta piola
El poeta sorete
El poeta de la foto con el amigo
El poeta amigo en la foto de la fama
la fama para la foto para la mención 
El poeta que legitima
El poeta prostibulario
El poeta que quiere "llegar"
El poeta acabador serial
El poeta sin deseo
El poeta volteador
El poeta este y lo otro
El poeta y la moda pero no el modo
El poeta que se muere y sus viudas inmaculadas
El poeta pobre porque pega
El poeta que pega pero no por malo
El poeta popular
El poeta aceptado por sus pares
El poeta carismático
El poeta hipster
El poeta emocionado enamorado 
El poeta categorizado categorizante
El poeta canónico
El poeta cagónico
El poeta agónico y despeinado
El poeta que lee feo y el que declama
El poeta que reclama por qué no lo invitan
El poeta con el "don"
El poeta mediocre con "voluntad"
El poeta del pueblo 
El poeta propaganda 
una ganga de poeta
el poeta


Y allá abajo

la poesía




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Adiós a los 35




Ahí van, las gordas

corren su sistemática maratón de verano

las miro por el vidrio mientras la cerveza

apaga la sed del fracaso

yo también debería correr

levantar un pie hacia la sudorosa fe estival

pero no

Ellas caminan a la par del señuelo que persiguen

un mantra poderoso las anima

la silueta, el colesterol

la conquista de Marte o el fútil

aroma del celo

Lleno el vaso, recuerdo el último gesto

atlético que tuve

todo lo que quise degeneró en árbol enfermo

corrí los perros, la liebre

el hilo de un globo que se escapó

con viento en contra corrí, a favor

también, a veces, llegué

Hubo una bandera en la puerta

donde la gorda secaba su frente

y comía manzana

pero una superior existencia del hambre

la huella solar de una estrella muerta

vivía para la ansiedad de la falta

Como un hámster anduve, el rulo

del destino

también era verano y alcancé

las puertas de lo aborrecible

una ruda moría su suerte

y las gordas girábamos en el parque

la calesita del infierno

Vuelvo a dejar el vaso

vacío, sobre la mesa

adiós muchachas, saluden

a la que fui

aquí ya no hay nadie



lunes, 17 de agosto de 2015

El Hielo de la Guerra



Presentamos El Hielo de la Guerra (Caballo Negro Editora, 2014) en Villa María

Domingo 23 de agosto en La Romani, José Ingenieros 174




martes, 21 de julio de 2015

Textos bancarios


E222

Llueve
E222 . Personas en espera 100
Bco de Córdoba sucursal Catedral
Acá estamos los fieles
muchos esperan la bendición del dinero
que un dios benevolente
los mire
Acá está dios
Acá está dios?
si
en su omnipresencia nos ve estar
como boludos
frente a la pantalla del bancor:
turno / posición
v67 caja 3 E125 caja 7 A46 caja 1
Un coro monótono canta su pitido de pase
Aleluya hermano

Llueve
en el banco el dinero se lava
y se paga en efectivo toda culpa
E222 sucursal Catedral
las doñas han traído sus chanchos
alcancías menores, dinero en los corpiños
pagán todo: oro, incienso y birra
en billete de $2
Atrás un infiel escucha Cadena 3
pienso que nuestros dioses son diferentes

Llueve
Y empiezo a odiar a todos
Afuera, el loquito de la bicicleta predica como siempre:
“En esta iglesia está el mal, el diablo, el pecado de los hombres”
E222 la Catedral del banco transpira en los vidrios
El sudor de los pobres está en lo máximo.
La misa es mejor a las 12.30 cuando cierran las puertas al mediodía del caos
Filas dobles, gente de pie
un viejito de boina aparece
se cae a pedazos su sombra cuando pasa la puerta.
De rodillas estamos ¡Oh padre todopoderoso, virgen y eterno!
Pagamos para vivir el sueño de un dios
que truena en un cielo de papel celofán
Llueve
No caen monedas en los bolsillos
Llueve
y en las veredas
la caca de los perros se desarma.



El sueño

Hace calor. Se siente afuera pero acá, en el banco, el aire acondicionado es una máscara.
Un niño llora, sabe que el fuego arde en los vidrios del techo.
Nada hay más tedioso que un niño que llora.
También fui yo
bebé, infante
pero no recuerdo la lágrima
ni haber padecido el tedio, el calor
la longitud del día.
Hay chicos en el banco, criaturas divinas, domesticables a la desgracia.
también fui, niña que alguna vez, en el apuro del padre
entró al banco
Sin embargo, el sueño es una posibilidad,
varias rostros golpean el pecho; tac-tac, caen las cabecitas
se duermen
pero de golpe recuerdan donde están y sacuden el cuerpo cuando despiertan
como si la electricidad de una vida entera les diera en el alma
o una ráfaga de balas le diera de lleno
o el ángel de la muerte les soplara los ojos.




E577 

E577, 149 personas en espera

tengo tiempo suficiente para pensar en
robar, matar y huir
cuántos metros haría antes
de que me disparen por la espalda.
Imagino el titular del diario:
“Joven intenta robar el banco y cae abatida
en el monumento a San Martín”
Pienso en el momento del disparo
y en las cientos de palomas que cagadas del susto
levantan mi espíritu a su vuelo triunfal
al cielo de los frustrados, ladrones de bancos
héroes nuestros caídos en combate
por intentar vulnerar un sistema
que cuida más el dinero que la vida.



E577

Una gigantografía del banco
en blanco y negro, está frente a nosotros
hombres con sombreros, de traje y moño toditos ellos, nos miran
es terrible
Lo peor ahora pasa, sobre la salida principal:
la cara de un demonio; los ojos amenazantes, dos cuernos apenas visibles.
Para muchos es insignificante, desapercibido
pero está ahí, nos observa
nadie ve el diablo en la puerta
la rutina los ocupa
la demora, el almuerzo, los hijos
el marido enfermo, el clima, la charla
La contemplación del vacío

E577
-El señor esté con todos ustedes
-y con tu espíritu
-levantemos el corazón
-lo tenemos levantado hacia el señor
-es justo y necesario, realmente es justo y necesario
nuestro poder y salvación.

Hace calor, es un averno las dos de la tarde
y la sucursal Catedral finge su dios con aire acondicionado
el infierno es encantador
nadie mira los símbolos
hojas de palma, rostros, estrellas

Tú que reinas en los voluminoso cielos del hambre
protégenos de las deudas y las corridas bancarias
como así también del dólar y las divisas
el estado de cuenta
los cajeros automáticos sin dinero
de la soledad del rico
la falsa alegría del pobre
el consuelo de los medio pelo

Que la gracia del señor
descienda sobre todos nosotros

E577
Dios es mi pastor
nadie me puede embargar.





A456
163 personas en espera.

Los números son el universo.
Por cada vez que mi madre me hace reiki
millones de números en forma de energía cósmica entran al cuerpo.
Estoy otra vez, en el banco, como cada mes. Aquí, el ente financiero
hace falso reiki a todos los clientes, energías que dan y quitan
desde los chakras cuentas.
A la izquierda de los sentados
un espejo extenso nos devuelve
algo de imagen. La distorsión de alguien mejor.
Atrás del espejo, las doce cajas
ocupan la rueda astrológica del orden divino
el círculo celeste ordena el banco
los colores de las bombachas de las cajeras
la hora del sol pegando en el techo
el Jesús Rey arriba de los hombros.
Me ha tocado la caja 12:
“enemigos ocultos muestran la herida del infortunio
toda pena es alta y pide su lamento
el precio se paga y es justo a los dioses de antaño.
Toda locura es un estado del alma.”

A456
Los empleados deambulan,
pequeños querubines con pantalones de vestir, cuidan al cliente
nos dan un número, responden las preguntas
pero hay leyes en este templo que no se rompen

Arcángeles negros vigilan que la espera de los infelices
No altere la dignidad del dinero

A456
La dignidad del dinero reina por sobre todas las cosas

A456
Dios está aquí pero no entra su fuego
por eso envió a su hijo en la nave de una mujer virgen
porque así lo indicaba la constelación de virgo
“Viajarás muy lejos mi pequeño Kal-El
harás de mi fuerza la tuya,
verás mi vida a través de tus ojos
y yo la tuya a través de los míos
el hijo se convertirá en padre y el padre en el hijo.”
Amén.
Pero todavía no ha entrado a este banco
el hijo capaz de predicar
la dignidad del hombre por encima de las cosas.

La más oscura noche vigila a las 13.30hs
mi sol verde, la escorpiana naturaleza de mis días
esa manera de ser uno con el todo
mira el ojo que nos mira,  la crueldad de Mordor.
Otros lo ven también
pero abren la crema de ordeñe recién comprada
hablan del clima y de mundanas cosas
y todo se diluye en la nada de la rutina terrestre.

Hace muchas lunas
en andamios de telgopor reconstruyeron
los albañiles, este edificio.
Ángeles mestizos traídos de las márgenes por la vena cava del central rojo.
Con su alegría han construido la ironía de la felicidad
y han pintado sus paredes con la sangre de los toros
Nadie atacará este templo ni violará sus puertas.

La cosa es así.
Salgo del banco
apoyo un mano en el lomo del muerto
su casa de aire y le digo:
Yo no soy digna de que entres en mi casa
Pero tengo este corazón de animal arrojado
Tomad y comed todos de él porque este es el cuerpo
Donde alojé todo mi cuerpo
Una manzana
Una manzana sin fe
Todo veneno.


A517
145 personas en espera

                                                               “toda espera alberga una esperanza”
                                                            Proverbio Pedorro


La mujer que atiende en la caja 3 canta 11 y 6 de Fito
Sonríe, parece feliz. Pero es extraño.
Aquí la felicidad es ajena, nos envilecemos a diario.
La mujer que canta ha iniciado sin saber una revolución:
Atrás de ella, otra mujer se suma, tararea
Yo le sonrío, lo hace bien.
Podría decir: aquí no hay música
Pero los tickes de las cajas registradoras, los pitidos de aviso
Los sellos que golpean, hoja tras hoja
La esperanza de los que aguardan
Tiene su ritmo. El corazón de este animal late.
El murmullo de los clientes crece como un coro que se lamenta,
Otra vez el pitido, la mujer que raspa en la pierna la bolsa
La registradora, los zapatos que se deslizan en el piso encerado
El temblor en la pierna izquierda del hombre a la derecha.

A517
Toda música es un temblor del espíritu

A517
Los colores son frecuencias. Los policías vibran en azul.
No alcanzaran la cuarta dimensión.

A517
Se asciende por la música

A517
Una mujer enferma pide que le lleven los papeles al auto para firmar. Dice el banco que no; ninguna escritura o documento sale del suelo santo.

Si la luz lo alcanza se convertirá en cenizas. Nada que hayan planificado los vampiros sobrevive al sol del día.

La mujer jadea hasta la puerta, le piden disculpas los querubines.
El banco es así, la vida es así, el cáncer también pero no importa.
Dios está en todos lados pero solo atiende con número.

A517
Una mujer habla del papa Francisco
El espíritu  santo existe y el banco del espíritu santo también
Queridos hermanos, dios es bueno pero no paga las cuentas
Da préstamos con un interés del 15%

A517
Bajo el suelo
Donde ahora los suertudos esperamos la perfección
Descansa una cripta; miles de huesos de monjes gerentes duermen
Sin reconocimiento alguno.

Sobre el sueño infeliz de tales criaturas
Esperamos la gloria

A517
Honraremos los primeros monjes

A517
La puerta a la cripta está sellada; mosaicos oscuros marcan su cuadrado.
En los bordes, tres círculos negros indican los códigos de apertura. La llave

¿Presume alguien acaso que los aquí sentados damos el justo peso para que los infelices
No puedan salir de su encierro?
¿Siente alguien, por casualidad, a las almas presas empujar la puerta
Que con cientos de culos, sostenemos?
La piel de gallina en los brazos de los niños es un indicio
El sueño que vence a los ancianos también.

Dicen las escrituras:
Cuando la rueda celeste gire doce veces
Sobre el sol naciente del gobernador De La Sota José Manuel
Las ánimas de los monjes gerentes serán liberadas
Vendrá el día en que la espera de los boludos será corta, ínfima
Ese día, el mortal peso, la viva carne se hará liviana y los monjes,
Cual Titanes de yeso en un Tártaro prestado
Traerán la noche a las dos de la tarde

Ahh…pero la espera es la esperanza
Y la cajera canta 11 y 6 de Fito
Puede joderse el fin del mundo.

A517
Dice el profeta Parravicini en una psicografía que nunca dibujó
El 11/06/2014
El sol posará su frente en la casa de dios

Y desatará su fiebre

miércoles, 13 de mayo de 2015

Museo de ciencias




En las vitrinas del museo de ciencias naturales
descansan, los huesos
arrancados a la eternidad
de la misma manera que un prolijo ordena las medias
un empleado organiza las edades del mundo
para los visitadores del progreso
de todos los restos, uno
tiembla en lo oscuro su casa de piedra
su espectro de luz mala.

Miles de soles antes de su caída
un amonite del tamaño de una pelota de metegol
brota su minúsculo asombro
el recuerdo de una línea de fuego

entre la vida petrificada y esto que late
Una mujer parada frente al vidrio
despierta su célula más hermosa


Un instante progresa
los dedos apoyados en lo invisible
dibujan una estrella
la imborrable constelación de lo eterno
Esto que es polvo
sucesión de nada oscura
¿Es la creación?
el movimiento es dado
por el Verbo Divino y los sublevados

De todas las cosas muertas
sólo la mujer, resucita
se sienta en una piedra forrada con papel
Alguien recreó allí el rito del primer hombre
Su fuego dr celofán
¿Es la creación?
Se sienta en esa piedra, dije
afila su colmillo niebla, su flecha
y a la sombra de una sed más grande
escribe


viernes, 17 de abril de 2015

Querido Roberto




Ahí vamos Roberto. Una línea de barro sobre el horizonte
Ahí vamos, chiquitos
vengo de escarbar en las reliquias de los muertos
cartas del 30, libros de Perón, estampitas
perfumes del pasado
acá vamos de puta madre
oliendo el pis del baño y el café hervido
escuchamos Sigur Ros porque sabemos que es la música de la melancolía.
A los costados puro campo, vos sabés Roberto, como yo
que el suelo argentino tiene dueños
pienso en Argen y tina, me río, me acuerdo de cuando en la escuela los compañeros me cargaban por vivir, según ellos, atrás de la vía. Era dePelle mientras otros de Grini.
Encuentro el remedio; burguesía para todos.
Pienso en las tías Ressia, todos esos recuerdos que guardaban, se los llevaron?
"Querida hija, que la virgen te cuide, tu mamá Aida-Trenque Lauquen 1958" ¿En esos territorios de la memoria algo me pertenece?
Es la una de la madrugada, cruzo territorio de Pincén. Ahí vamos Roberto, puedo sentir como dijo mi amiga Elena el frufrú de la soja, campo adentro las luces de las cosechadoras dan sus fantasmas a la noche. Quisiera ver algo más mío como los platos voladores que el abuelo Martiniano Cuello veía en el INTA o esa luz que me siguió una vez volviendo de los mandados.
Roberto, nunca te dije, pero quiero que me abduzcan, para pasear nomás, creo que después de mirar al cielo durante tantos años me lo merezco. Qué hermoso acto del yo es decir ¡Me lo merezco! ¡Qué fe en la justicia de uno, que ceguera de amor propio!
Paramos sobre el camino en América, hay un cartel de Oscar Ustari, el arquerito que en boca no agarró ni la sombra de la pelota, y de Fredy Gatica, bicampeón de doma categoría bastos y encimera. Movida por el fuerte espíritu del yo, no puedo dejar de pensar en un cartel propio en mi pueblo natal que diga leticia ressia, abducida (se lo merecía).
La noche está clara y la luz del colectivo alumbra las banquinas. Recién una liebre mostro los ojos, sus fuegos abiertos, lejanos como las balas en rifle del gordo Mata como el puma atado que mi viejo me llevaba a acariciar o las carreras ganadas del Tehuelche, el galgo del tío Héctor. El tío que solo en su pieza de hospital espera el fogonazo de la liebre en los ojos, un poco más para vivir, se lo merece.
¿Qué es vivir? un deseo violento por lo maravilloso, el viento en la cara cuando sacás la cabeza por la ventana de un auto que va a 180, el guascazo de la gloria cuando se gana una carrera en bicicleta, el primer velorio donde te reís del muerto.
Estoy volviendo Roberto, no sé de dónde, porque en estos tramos uno no sabe de qué punta del hilo nos están tirando, cruzo la pampa y pido que si hay desierto que no se note, una vez vi los espectrales blancos de Villegas; cien caballos me corrían al costado del colectivo, la obsesión de un tipo muerto, el fantasma de esa obsesión me perseguía. Durante 5 kilómetros el humo de los potros me fue borrando la huella como quien quiere borrar la estela en el viento que deja un globo.
Tengo 35 años, cruzo el llano desde los 18. Nunca lo paso de ojos abiertos, no todo Roberto, es imposible sostener el espanto del horizonte  tanto tiempo.